domingo, 23 de novembro de 2008

Relógico

Colin Anderson/Blend Images/Corbis (Inês)

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.


Mário Benedetti / Amor de tarde

2 comentários:

Anônimo disse...

Depois de algum tempo - desde meu pedido pra sua escolha - volto ao seu blog e me deparo com tantas novidades, que preciso de outro tempo para digerir as informações. Gosto desse orégano com o qual vez ou outra você se tempera, nos tempera...quando teremos também a pimenta? Beijo. Célia

Anônimo disse...

Saudade de você, Zedú !!
Cris