domingo, 15 de abril de 2007

Menino brincando de pérola


Me basta Así
Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haria un ser exacto a ti:
lo probaria
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea,
tu mismo olor, y tu manera
de sonreir,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
- de esto si estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso -;
entonces,
si yo fuese Dios,
podria repertirte y repertirte,
siempre lo mismo y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco lo que fuiste
por lo que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haria
lo possible por ser yo
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que tu crees tú mismo cada dia
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propria
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavia
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mi mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando - luego - callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).
.
.
Ángel González (Espanha - 1925)

Um comentário:

Unknown disse...

No menino brincando com as pérolas eu fiquei sem palavras na minha constelações onde habito com vivas lembranças: minha memória é o meu órgão afetivo.